Por Danith Valles, directora de Arquitectura de Cecabank.
La cultura digital va más allá de las tecnologías de la información, debe estar en el ADN de todos los departamentos de una compañía. ¿Qué significa ser una empresa digital? significa no tener solo alta tecnología sino también tener talento digital con mentalidad de crecimiento en todas sus áreas de negocio. Solo así se pueden crear productos y servicios digitales e innovadores que contribuyan a transformar el modelo de negocio. La experiencia de nuestros clientes, como núcleo de nuestros procesos digitales, también es parte de dicha cultura. Por lo tanto, una cultura digital requiere de un cambio tectónico en la mentalidad y en las actividades de los empleados, así como en la forma en que interactúan con los demás dentro y fuera de la organización.
De este modo, la cultura digital se apoya en cinco pilares que las empresas deben tratar de aglutinar como parte de su transformación digital.
Por un lado, hablamos de apetito de riesgo, nos referimos a la toma de decisiones en la empresa. En lugar de recibir instrucciones explícitas sobre cómo realizar su trabajo, los empleados siguen principios rectores para que se pueda confiar en su juicio. Un ejemplo de esta dinámica es la toma de decisiones para cambiar el proceso y el modelo de negocio con tecnologías disruptivas. Relacionado directamente, se encuentra la voracidad de aprendizaje, que representa el aprendizaje continuo de los empleados y la formación de estos para el éxito.
En paralelo, la cultura digital respalda la necesidad de acelerar y promover la interacción continua en lugar de perfeccionar un producto o idea antes de lanzarlo. Es preciso proporcionar agilidad comercial como parte de la cultura empresarial con el objetivo de acelerar el tiempo de comercialización de los productos, la satisfacción de las necesidades del cliente y su adaptación al mercado abierto. Para que eso sea posible, es necesaria la colaboración sin fronteras, que abarque a proveedores o terceros, con la finalidad de permitir la innovación colaborativa.
La cultura digital empuja a los empleados a mirar hacia afuera y a comprometerse con clientes y socios, buscando crear nuevas soluciones empresariales. La orientación o visión amplia se produce, por ejemplo, cuando los empleados dan forma al desarrollo de productos en función de la experiencia del cliente. Y es que precisamente el cliente se encuentra en el centro de este modelo de negocio. Un modelo centrado en la experiencia y el compromiso con el mismo.
Estos elementos definitorios varían en grado según el sector y la empresa. Es decir, el grado de asunción de riesgos en una empresa de tecnología será diferente del grado apropiado en una entidad de servicios financieros. Fomentar la asunción de riesgos tiene como objetivo fomentar el pensamiento innovador manteniendo la prudencia, cumpliendo con la regulación y la política de la empresa.
Dentro de las organizaciones, es necesario impulsar programas de transformación digital, que promuevan la cultura digital y fomenten formas de colaboración de los equipos que converjan hacia un modelo ágil. De igual modo, es importante ampliar el modelo de colaboración en proyectos o iniciativas digitales donde se involucre a clientes, proveedores nacionales e internacionales, y reguladores, entre otros. De esta manera, se logra que las soluciones posean una funcionalidad amplia y completa para todos los clientes.
Adoptando la cultura digital para agregar valor a los clientes
La transformación digital requiere inculcar una cultura que apoye el cambio alineado con la estrategia global de la empresa. Tanto los roles digitales como los roles de las tecnologías de la información deben adoptar este tipo de cultura para contribuir a transformar el modelo de negocio a partir de tecnologías disruptivas que empujen la digitalización de la empresa. De este modo, los roles digitales diseñan las soluciones de productos y servicios basados en una visión centrada en la experiencia del cliente.
Pueden agregar valor a nivel estratégico: participando en la definición del porfolio, alineando la visión de productos y soluciones digitales, y diseñando la estrategia digital de las plataformas y productos; y operativo: proporcionando agilidad en la entrega de productos digitales y mejorando continuamente las plataformas y productos como parte de las soluciones, servicios y procesos.
A modo de conclusión, es importante incidir en la importancia de la cultura digital como motor de la transformación empresarial, en un entorno cada vez más digital y centrado en la experiencia del cliente.