2 de junio de 2021
Las novedades regulatorias podrían empujar a las entidades a doblar sus esfuerzos
Importantes retos a los que se enfrenta sector financiero han sido abordados en el Observatorio Reporting y regulación, retos de las Instituciones Financieras, organizado por elEconomista con el patrocinio de Cecabank. El encuentro, que fue virtual, contó con la presencia de María Carrasco, directora de Reporting Regulatorio de CaixaBank; de Sonia Sánchez, directora de Intervención de Kutxabank, y de Massimo Salerno, director de servicios de Tesorería, Riesgo y Reporting de Cecabank, y estuvo moderado por Isabel Blanco, coordinadora de Mercados de elEconomista.
La regulación se ha convertido en algo imprescindible para garantizar la transparencia, pero es, además, un elemento vivo, que sufre continuos cambios y que afecta de forma especial a un sector como la banca, que cuenta con la suya propia. De hecho, los requerimientos regulatorios podemos decir que se han convertido en los grandes riesgos a medio y largo plazo para la industria, a la que cada vez se somete a más exigencias.
Cambios normativos
Respecto a los nuevos requerimientos a los que se enfrenta la banca, María Carrasco explicó que la creciente demanda de información supone un esfuerzo «en inversion tecnológica y de desarrollos de perfiles profesionales aptos para cumplir con las exigencias». A la recurrente regulación se le añaden «todas las actividades supervisoras y ejercicios de inspección, con apenas margen para la planificación». Todo ello, explicó la directora de Reporting Regulatorio de CaixaBank, supone un fuerte reto para la industria, «que nos exige ser rápidos y agiles, a la vez que rigurosos».
En el futuro inmediato, el sector tiene por delante la modificación de varias circulares que incrementan el volumen de información a reportar de cara a los próximos meses, y a nivel europeo tenemos varios proyectos por delante cuya repercusión será notable. Proyectos como el IREF (Integrated Reporting Framework) o el Bird (Banks’ Integrated Reporting Dictionary del BCE), «que buscan, con buen criterio, homogeneizar el reporting y simplificar el envío».
Los nuevos requerimientos regulatorios, que obligan a las entidades a ser flexibles, muestran «una tendencia al detalle y a la complejidad» que cada vez es mayor, agregó Carrasco. «No se basan únicamente en el modelo data point, anclado en su mayoría a la información financiera contable que todos conocíamos, sino que, cada vez más, se apoyan en información procedente de las operaciones, del transaccional de las entidades», lo que exige a éstas unas herramientas de explotación de los datos, y unas estructuras para ello, mucho más complejas. Los nuevos competidores que en su mayoría buscan evitar las exigencias normativas de la banca tradicional y parten, por tanto, de una ventaja comparativa mayor, así como la velocidad con la que se debe responder a esas exigencias, son otros de los retos que apuntó la directora de CaixaBank.
«El BCE y la EBA deberían definir una estrategia única para hacer más eficientes los esfuerzos», explica María Carrasco, directora de Reporting Regulatorio de CaixaBank
Sonia Sánchez, directora de intervención de Kutxabank, estuvo de acuerdo con Carrasco en la variedad de estados que hay que enviar a distintos supervisores con distintas frecuencias, plazos y niveles de agregación, «que en ocasiones generan duplicidades y dificultan la coherencia entre estados, y que además suponen complejos procesos para las entidades, y una inversión en recursos tecnológicos y humanos muy elevada», afirmó.
Áreas especializadas
El enfoque desde Kutxabank, explicó Sánchez, para responder a estas necesidades, consiste en organizar el proceso de elaboración de los estados «mediante áreas especializadas que son responsables de la preparación de estados por tres grandes bloques; por una parte, los que tienen que ver con el reporting financiero; por otra lo que tiene que ver con solvencia y resolución, y por último lo relacionado con riesgos de mercado e iliquidez».
«Todos estos procesos suponen una inversión en recursos muy elevada», explicó Sonia Sánchez, directora de Intervención de Kutxabank
Massimo Salerno apuntó a 2 cuestiones en las que están trabajando desde Cecabank dentro del ecosistema de Pyramid: a corto plazo, se están centrando en los cambios relacionados con la EBA (la Autoridad Europea de la Banca). «En este momento estamos trabajando en lo que se llama EBA 3.0, que entra en vigor ahora; la 3.1, que lo hace en septiembre, y la 3.2, que entra en vigor a principios del próximo año. Es toda una serie de cambios que afectan a distintos ámbitos, y como proveedores debemos ayudar a nuestros partners a través de las economías de escala que estamos aportando a estos procesos». A medio plazo, añadió, son muy importantes las antes mencionadas iniciativas a nivel europeo, como el IREF, «que estamos analizando en este momento», o el Bird.
Unificar la información
El objetivo del IREF es unificar la información estadística que se envía a los supervisores nacionales y europeos, y consiste en una serie de informes con mayor granularidad, que sustituirían al sistema de reporting actual, explicó la directora de Intervención de Kutxabank. La fecha de implementación no se prevé antes de 2024-2027. El riesgo al que apunta la experta es que mientras todo el reporting no esté integrado en este marco es muy probable que haya que seguir manteniendo el sistema actual (basado en estados confeccionados desde las entidades), además de este nuevo modelo más granular». Desde Kutxabank, la idea es «seguir apostando por la herramienta de mercado que utilizamos actualmente para la elaboración de la estadística», que están empleando como un modelo de repositorio único de toda la información de los contratos con todos sus datos, y que sería «un buen punto de partida para el envío de esa información con mayor granularidad», según Sonia Sánchez.
«El reporting supone hasta un 6% de los gastos de explotación de los bancos», apuntó Massimo Salerno, director de Servicios de Tesorería, Riesgo y Reporting de Cecabank
«Nosotros apoyamos los proyectos europeos con iniciativas que persiguen mejorar la coherencia de datos, a eficiencia de la información y aumentar la calidad de los datos… el Bird tiene por objeto crear definiciones comunes para la información prudencial, y por otro lado el IREF tiene el propósito de ofrecer un sistema integrado de información», puso de relieve María Carrasco. No obstante, en el caso del Bird impulsado por el BCE «ya existe algo muy parecido con el DPM (Data Point Model) liderado por la EBA, que es el que hemos adoptado en CaixaBank para estructurar el reporting financiero. Lo favorable sería que ambas instituciones, el BCE y la EBA, definieran una única estrategia para hacer más eficientes los esfuerzos orientados al reporting», añadió. Sin embargo, «la postura actual de los reguladores podría comprometer esta filosofía y, como consecuencia, generar duplicidades».
En opinión del director de servicios de Tesorería, Riesgo y Reporting de Cecabank, «son iniciativas importantes, aunque es cierto que no están muy desarrolladas, estamos trabajando con borradores. Pero como proveedores de servicios estamos mirando cómo ayudar a nuestras entidades usuarias». E incidió en la misma idea que Carrasco: «Está claro que avanzando hacia una normalización «ganaremos todos, pero también tenemos que evitar las duplicidades». Y si para llegar a ello «tenemos que seguir manteniendo dos modelos de datos, ese no es el objetivo; no podemos duplicar esfuerzos», enfatizó.
Lo importante es que se trata duplicidades solucionables, según explicaron los expertos participantes en el Observatorio. La clave está en que «si estamos todos construyendo estados a la vez con la misma información puesta de distinta forma, el coste es mucho más elevado que si se pone la información desagregada a disposición del supervisor y éste la maneja según sus necesidades», señaló Sonia Sánchez.
Homogeneizar definiciones
Existe además, añadió María Carrasco, una necesidad «de homogeneizar determinadas definiciones. Por ejemplo, la definición de dudoso del Banco de España es similar pero no igual a la definición europea, que es Non performing. Algo similar pasa con el sin riesgo apreciable en su versión europea, el low credit risk. Esas similitudes nos suponen duplicidades en nuestros procesos y reducen la eficiencia, y es un punto en común que sufre todo el sector.
Buena parte de los costes son tecnológicos. Como proveedor de servicios, «desde Cecabank hemos desarrollado un servicio de reporting que utilizan más de 30 entidades tanto en España como en Portugal», explicó Salerno. Esto «permite realizar comparaciones de los datos que se reportan, y dar más valor a los mismos, que permiten ir más allá a nivel de analítica de esa información». Salerno señaló que, según estimaciones, el reporting puede representar hasta un 6% de los gastos de explotación de los bancos. Estamos hablando de una cifra relevante».
«La creación de un repositorio único de datos certificados» es esencial «para construir y explotar de forma transparente cualquier información más allá del reporting prudencial», incrementando la reusabilidad de los datos, añadió Carrasco, directora de CaixaBank.
Uno de los puntos en los que hay trabajar es en sacar el máximo partido a esos datos. Según Carrasco, «se precisa una visión holística de la gestión de los datos. La calidad de nuestro reporting supone una evaluación de nuestra reputación como marca» y puede actuar «en beneficio de una mejor propuesta de valor y conocimiento de nuestros clientes». En opinión de Sonia Sánchez, «Esta información de reporting, que es pública, sirve en ocasiones para hacer comparativas y ver tu posición relativa respecto a otras entidades, y se utiliza no solo internamente sino también por parte de analistas y otros actores del mercado, para sacar determinadas conclusiones».
Datos sobre sostenibilidad
La información no financiera está cobrando protagonismo en los últimos años. ¿Hasta qué punto es complicado recopilar todos esos datos para una entidad financiera?
La directora de Reporting Regulatorio de CaixaBank explicó que estamos viviendo «un cambio de paradigma en la valoración de las entidades; ya no solo cuenta la rentabilidad, sino también los medios que se usan para llegar a ella. Todos los avances en este sentido se están produciendo acompañados de una innegable presión regulatoria. «Las entidades estamos destinando grandes esfuerzos y recursos a la implementación de la directiva de reporting de finanzas sostenibles. Si hacemos una analogía con el reporting tradicional, el de sostenibilidad todavía está en su línea de salida». También hizo alusión Carrasco al liderazgo de la entidad en el mercado de los bonos verdes en España y al reconocimiento internacional por su compromiso con la sostenibilidad en la estrategia de la entidad.
La ausencia de estándares para datos extrafinancieros implica dificultades. «Kutxabank y sus fundaciones bancarias llevan publicando sus memorias de sostenibilidad más de 15 años bajo los estándares GRPI, así que estamos acostumbrados a recopilar información no financiera y hacerla pública». No obstante, la nueva regulación plantea retos, «ya que exige aportar información relacionada con la actividad de inversión y los impactos medioambientales de nuestros clientes. Lo más complicado, y el reto que se presenta derivado de la nueva normativa, es bajar esta información del nivel global a datos concretos, y en particular se prevén mayores dificultades en el caso de financiación a pymes, ya que éstas en general disponen de menor información sobre este tema, al no estar obligadas a reportar estos datos.